¿Por qué? Es irónico pensar, que algo te pueda hacer tan dichoso y desgraciado al mismo tiempo. Que nuestra humanidad, sea nuestro regalo y nuestra condena. Vivimos encadenados a unos sentimientos, carentes en sí de empatía por nosotros.
En ocasiones los odio, y sin embargo, luego me siento agradecido de poder disfrutarlos. Me alegra ser capaz de mirar al suelo, y contemplar con énfasis, cómo el viento azota las briznas de hierba. Me entusiasma tocar el agua, y sin saber porqué, sentirme maravillado por el simple hecho de su existencia.
Luego, llega el dolor. Ese del que siempre he querido huir. Porque odio alzar la vista hacia la televisión, y sin saber porqué, derramar lágrimas por personas que ni siquiera conozco. Odio comprobar poco a poco, y con la experiencia, que la gente te decepciona, y todo tiene que seguir. Y en esos momentos, desearía ser frío.
Pero siempre que pienso esto, llego a la misma incongruencia. ¿Castigo o regalo? Quizá nunca llegue a saberlo. Pero mientras, seguiré riendo, seguiré llorando. Y es que no somos más que esclavos de nuestra más valiosa característica.
1 shakes:
Los sentimientos son un don. Sin ellos no valdria la pena vivir, ya que le dan un valor a la existencia, aunque puedan ser buenos o malos.
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